Comenzó febrero y con el las bandas siguen llegando a nuestro país para deleite de sus seguidores capitalinos.
Tocaba el turno de tener a The Ghost Inside en Ciudad de México, ciudad donde iniciaría su tour por la República y que los traería de vuelta después de una prolongada ausencia de nuestro territorio.
La noche comenzaba con el NOCAUT en la casa, reventando el “cantón” al puro estilo del D.F. Hardcrore que esta banda tiene bien estudiado. El recinto ya pintaba con una buena cantidad de publico entradas las 19:30 horas en las que la banda puntual salió al escenario y fue recibida entre gritos, cuernos al aire y headbanging del respetable.
Avanzaba la velada y recibiríamos al poderoso hardcore de los Venezolanos Dischord. El quinteto comenzaba la noche con “Forbidden” y “Thoughts of Hate” que prendían al público que ya estaba con ganas de desatar el circle pit.
Una muy buena recepción les entregaron los asistentes a la banda ya que las cabezas no paraban de moverse conforme a las interpretaciones de la banda en un set que también incluyó canciones como “The Constant Fear”, “Deceiver” y “We Are The Call” para una violenta noche donde el circle pit ya empezaba a pintar los primeros rastros de agresividad en el recinto.
Pero el momento no se hacía esperar más, llegaba el momento de disfrutar a quienes ya tanto habíamos esperado, The Ghost Inside hacía su entrada al escenario del Lobby del Circo Volador con un recinto lleno que estaba dispuesto a tirar los cimientos nada más comenzara a sonar la primer canción de la banda.
Y así fue como con “Engine 45” comenzaron las hostilidades al frente del escenario. El circle pit comenzaba a sentirse en cada melodía y los angelinos sentían el calor de su público mexicano que no paraban de corear sus canciones.
Una seguidilla de brutalidad sucedieron al setlist de la banda poniendo la ferocidad por delante, “Dark Horse”, “Dear Youth”, “The Outcast” y “Death Grip” saciaban el hambre de los presentes que emocionados saltaban al ritmo de las desenfrenadas guitarras de Zach Johnson y Chris Davis.
El ambiente era una locura, el crowd surfing, el circle pit incesante y la atenta llamada a no parar de disfrutar y volverse locos del vocalista Jonathan Vigil que lucía completamente satisfecho al ver a su público perder la cabeza. Vigil hacía uso del micrófono para presentar una canción sólo para los “old school”, para aquellos que siguen a la banda desde sus inicios, fue cuando se dio la oportunidad y la banda interpretó “Faith or Forgiveness”.
Un puñado de grandes canciones seguían cayendo a nuestros oídos, pero el fulgor estalló cuando durante la interpretación de “Mercy” el recinto de La Viga estalló con el grito del publico durante el estribillo “Life’s swinging hard… but I’m swinging harder” que se escuchó hasta el último rincón del lugar.
Vigil hacía el anuncio de que solo quedaban dos canciones más, pero hizo una pausa para recordar el trágico accidente que dejó a la banda en un hiato de 2015 a 2019 y que lamentablemente hizo que su chofer perdiera la vida y que Andrew Tkaczyk, su baterista perdiera una pierna. La banda se mostro agradecida con poder estar de vuelta tras doce años de ausencia de nuestro país y de poder celebrar su veinte aniversario con un público tan cálido y entregado.
Así fue como llegó “Avalanche” para dar paso a la entrega de “Aftermath” como canción que cerraría la poderosa velada que entregó The Ghost Inside para sus seguidores capitalinos, despidiéndose de ellos, arrojando plumillas a los asistentes y hasta las baquetas que Tkaczyk salió a repartir entre sus seguidores.
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