Fotografía por: Donaldo «Lechuza» Enriquez.
A penas diez días han transcurrido del mes de marzo y ya nos estamos dando cita para una cátedra de metal en el recinto predilecto para este tipo de espectáculos.
Entrada la noche del domingo 10 de marzo, nos encontrábamos esperando a entrar para poder presenciar una de las noches más brutales y ‘trves’ de lo que va del año, llegaba el momento de presenciar el legado del “Padre del Death Metal”, ‘Chuck’ Schuldiner el músico estadounidense, guitarrista, vocalista, compositor y miembro fundador de las bandas Death y Control Denied que perdiese la vida a causa de las complicaciones de un glioma de tronco encefálico.
Dejando de un lado la tragedia, el Circo Volador empezaba a recibir a los asistentes, que ya desde temprano formaban una larga fila afuera del recinto, con playeras alusivas a la banda y entonando algunas canciones que se escuchaban de los puestos de mercancía cercanos. Uno a uno comenzaron a llenar el recinto; no era para menos, Death To All nos esperaba para una velada llena de intempestivo metal extremo.
Así, con el recinto cada vez más lleno, salía a escenario la banda de Blackened Death Metal de Ciudad de México, Through Torment para comenzar con los rituales satánicos y letras alusivas a la destrucción y al caos.
Un set corto, poderoso y sumamente oscuro fue lo que Through Torment brindó a un publico que apoyaba a la banda con los puños en el aire. La banda tuvo la oportunidad de presentar una rola nueva, “Path Of Perdition” concedida al público antes de cerrar su presentación con “Snake”.
Con los ánimos ya calientes, llegaría el turno del sabor latino hecho Death Metal, Acrania tomaba el escenario del recinto de La Viga para recetar una dosis de su música guapachosa, de su sabor latino.
A pesar de las fallas de audio a principio de su presentación, la banda logró colocarse para que entre tamborazos, el poderoso bajo, la trompeta, el saxofón y la guitarra destilaran esa mezcla jazzera enfundada con toques de Thash metal y guturales que hicieron vibrar las paredes del Circo Volador.
La noche dio paso a la despedida de la banda mexicana, se bajaba su banner del escenario y se elevaba el de la esperada banda principal. Se podía leer ‘Death To All’ desde cualquier ángulo, la espera era cada vez menor y el púbico más ansioso por ver y escuchar a la banda.
Tras un cambio de set y preparación de instrumentos, la introducción comenzaba a sonar y los integrantes de Death To All uno a uno entraban a escena entre gritos eufóricos de un público sediento de agresividad.
Bastó con los primeros acordes de “Open Casket” que comenzaron a sonar para que el público se arrebatara ante el estremecedor sonido de las guitarras para dejarse seducir por la música. “The Philosopher” caía en los primeros minutos del set de la banda al igual que “Suicide Machine”.
Una avalancha de éxitos eran visceralmente interpretados por Max Phelps y compañía mientras que el público mexicano correspondía con un incesante circle pit enmarcado por las luces rojas que proyectaban desde el escenario. El ‘crowd surfing’ se hizo presente cuando algunos esquizofrénicos asistentes se lanzaban por encima de las cabezas de los presentes tan solo para mover los brazos en el aire por unos segundos antes de caer directamente al frente de la barricada.
El poder de Steve Di Giorgio y Bobby Koelbe en las cuerdas se igualaba al de Gene Holgan en las percusiones, con la majestuosa interpretación de “Scavenger Of Human Sorrow”, “Overactive Imagination”, “Baptised In Blood”, “Flesh And The Power It Holds” y “Lack Of Comprehension” que caían del set list que parecía de ensueño.
Durante más de una hora lo éxitos del mítico ‘Chuck’ Schuldiner se escuchaban retumbar en el recinto, al igual de los coros del público evocando al maestro: “¡¡CHUCK, CHUCK, CHUCK!!” de la mano también del frenético “¡¡DEATH, DEATH, DEATH!!” que se pudo escuchar esa noche.
Para despedirse de un público capitalino extasiado que abarrotó el Circo Volador, el cuarteto se aventó “Pull The Plug”, exitazo que terminaría con la presentación de la banda en territorio capitalino y con un publico seducido por el poderío de Death To All.
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